Cuáles son los estados del amor

LOS ESTADOS DEL AMOR

EL ENAMORAMIENTO

Al comienzo de una relación de pareja se da un primer estado del amor al que denominamos “Enamoramiento”. Estar enamorado no es exactamente amar a alguien, el enamoramiento es un estado casi hipnótico.

Esta fase, que es fundamental en los estados del amor, se caracteriza porque se produce una idealización del objeto amado, atribuyéndole valores o cualidades que dependen más de la mirada del enamorado que del ser amado. Es como si la relación se iniciara con lo que uno piensa de la otra persona, no realmente con la persona que está frente a nosotros.

¿Qué sucede cuando nos enamoramos de alguien? Nosotros ponemos nuestra energía psíquica (que llamamos en psicoanálisis “libido”), la energía sexual, y rodeamos con ella a la persona de la que nos enamoramos. Pongo mi libido en un objeto amoroso y lo rodeo con esa energía. Ese objeto amoroso entonces nos llama la atención, capta nuestro deseo porque nosotros ya hemos puesto previamente nuestra energía sexual en ese objeto amoroso.

¿DE QUIÉN ME ENAMORO?

Lo que envolvemos del otro parte de nosotros y vuelve a nosotros. No elegimos a cualquier persona, elegimos a alguien que, de alguna forma, algo tiene que ver con nosotros o con lo que nosotros desearíamos ser o poseer psíquicamente o materialmente, o lo que fuimos en el pasado. Es decir, al enamorarme del otro me enamoro de mí mismo.

Hay dos formas de elegir a una persona de la que nos enamoramos: una es la forma narcisista y otra es la forma de los modelos de apoyo que hemos tenido.

La forma narcisista es: elegimos a alguien porque nos recuerda a nosotros mismos o algo de lo que fuimos o algo de lo que queremos llegar a ser.

La forma según las figuras de apoyo, es: o me recuerda al padre protector o a la madre nutriz.

Con respecto al amor, que trabaja para la especie y que nos comanda, tenemos que saber una cosa que es algo que cuesta entender: cada vez que elijo a mi pareja no la elijo yo. Es una elección inconsciente. Hay un montón de procesos psíquicos que tienen que ver con la ideología, con la educación, con toda la historia de deseos de ese sujeto que hacen que elija a esa pareja.

 

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR

Pasados unos meses, a esta primera fase sigue el amor propiamente dicho, es decir, cae el objeto amado idealizado, cae la atribución del enamorado y aparece la persona que tenemos enfrente, con sus virtudes y sus defectos.

El amor es un sentimiento de la especie que trabaja para la procreación. Sin amor, nadie aguantaría a nadie. El amor implica incluir al otro, ver al otro tal cual es, con sus características personales, sus manías y sus atributos.

El efecto del amor, que es muy potente, es pura energía sexual uniendo a dos personas, aun en el amor a distancia. Se puede caer en la ilusión de que se es uno solo con la otra persona. Como si los límites se borrasen un poco en esa unión. Por tanto, la separación es muy importante para aprender a discriminar.

La capacidad de supervivencia del hombre tiene que ver con su capacidad de sustitución. Dejamos que nuestra libido deje de estar detenida y vuelva a envolver otro objeto. La libido siempre está en movimiento y eso es lo sano.

Tenemos que saber que no solamente de amor vive el hombre. También es necesaria la separación, separarse para seguir juntos. Si el amor viene a unir, también hay que aprender a separarse para ir a trabajar, para salir con los amigos, para ir al club social. Después, la pareja vuelve a unirse. Se une y se separa, de tal forma que es necesario un trabajo para continuar y, quizá, construir un amor para toda la vida.

 

EL DESAMOR

El amor es una de las mayores fuentes de autoestima que existen. Cuando nos enamoramos estamos pletóricos, pero también el desamor es la mayor fuente de destrucción para el ser humano. Hay gente que llega incluso al suicidio.

Hay una idealización, se desprende de una parte de su yo, como si se la entregase al otro y, cuando el otro desaparece, se lleva esa parte de su yo. Incluso, cuando hay una ruptura, el objeto recae sobre el propio yo para no perderlo, para mantenerlo en uno.

Son ese tipo de relaciones que se rompen y sin embargo el sentimiento de odio y de malestar dura, se alarga en uno para mantenerlo cerca. Me lo como, lo introyecto, “lo llevo en mi corazón”.

 

EL PROBLEMA DE LA OBSESIÓN AMOROSA

Si la fase de enamoramiento se alarga mucho en el tiempo, convierto al otro en el centro de mi vida, es decir, hago que sea la fuente de todo lo bueno que me pasa, llegando a pensar incluso que, sin él o ella, nada tiene sentido. Es como si hubiera entregado una parte de mí al otro, sin la que, por supuesto, no puedo vivir.

Cuando esto sucede, puedo hacer que el amor se convierta en una obsesión. Pero sólo en el caso de tener tendencias obsesivas, es decir, el sujeto ya era un obsesivo antes.

Estas tendencias se manifiestan en forma de ideas, actos y rituales obsesivos, que cada vez van limitando más la vida del sujeto, llegando incluso a organizar todo su tiempo, real y psíquico, en torno a la obsesión.

Si empezamos a observar que dejamos de hacer nuestras cosas porque creemos que el otro quiere eso, aunque solo sea a nivel de pensamiento, las ideas pueden terminar ocupando todo el tiempo del día e impedir la realización de tareas tan importantes como descansar, comer, trabajar, etc…

¿Qué sentimientos despierta la obsesión amorosa en la persona que la sufre? Son sentimientos de frustración, en muchos casos por no poder acceder al objeto amado o por no colmar, lo suficiente, que nunca lo es del todo, al otro con nuestro amor.

Son personas que quieren saber, tanto de la vida del objeto a amado actual como de la anterior a la relación, en el caso de que la hubiera. Para ello utilizarán todos los métodos imaginables.

El peligro es que ahora las Redes sociales, internet, las nuevas tecnologías muestran una parcialidad de cada uno que, sacada de contexto, puede interpretarse mal y generar muchos conflictos.

Hoy en día han surgido muchos y nuevos conflictos entre las parejas, y las personas en general, por las malas interpretaciones de lo que se ve, pero no olvidemos que no es por las redes, es por la persona que mira.

El amor obsesivo, nada tiene que ver con el amor, tiene más que ver con la obsesión, con la patología. La enfermedad limita la vida de la persona a la rutina obsesiva, sea cual sea.

En estos casos siempre es conveniente una terapia psicoanalítica, que puntúe la relación y restablezca el buen funcionamiento de la pareja.

 

LA FELICIDAD

Al ser humano le cuesta mantenerse en estado de felicidad. Es un trabajo, la felicidad, no es algo que viene dado. Hay que trabajar todo el tiempo. Si dejo de hacer ese trabajo para la felicidad, ésta desaparece.

Y la felicidad no es estar con una mujer o con un hombre. Es cuidarme intelectualmente, en las relaciones, físicamente, en todo. Muchas parejas llegan a la consulta quejándose de falta de deseo y es por esto, porque abandonamos todo lo que nos mantiene en esa cadena de deseos que es la vida.

También porque toleramos muy poco la felicidad. Hay parejas que, en el momento en que mejor están, cuando han llegado a un punto genial, empiezan a hacer cosas para estropearlo.

Se llevan estupendamente, viven juntos, todo está perfecto. Ahí, deciden casarse y lo estropean todo. O se casan y dejan de hacer todo lo que les hacía estar bien. Entonces se convierte en una ruptura. Como si hubieran llegado a algún lugar, como si ya, por el hecho de estar casados, no hubiera que hacer más trabajo para la relación, como si funcionara sola la pareja.

Lo que deseamos de otras personas son deseos. Es decir, nuestras parejas lo que desean de nosotros son nuestros deseos, nuestras inquietudes. Cuanto más deseante seas, más personas te desean, más atractivo eres para los otros, para la sociedad en general.

Aunque también, si te conviertes en alguien que hace un montón de cosas y te va todo genial, quizá algunos te empiezan a desear cosas raras. No importa. Es el deseo, no el contenido del deseo, lo que importa.

En cualquiera de los estados del amor en que te encuentres, el psicoanálisis puede ayudarte/ayudaros a enfocar la relación de una manera sana y productiva.