La importancia del dinero y su relación psíquica con el tratamiento psicoanalítico

La importancia del dinero y su relación psíquica con el tratamiento psicoanalítico

POR QUÉ ES IMPORTANTE LA RELACIÓN QUE TENEMOS CON EL DINERO

Vivimos en una sociedad capitalista. No se puede pensar nada en la sociedad capitalista que no esté tocado por el dinero. Hasta los sentimientos están tocados por el dinero. Por eso es muy importante saber manejar correctamente las finanzas personales.

Uno de los aspectos más importantes de nuestra vida es nuestra organización económica y la manera en que manejamos el dinero. Necesitamos dinero para cubrir las necesidades básicas, pero también otro tipo de bienes y servicios.

Nuestra economía está sobredeterminada por la posición que, como sujetos, mantenemos en dos sistemas: el sistema psíquico inconsciente, íntimamente relacionado con nuestra sexualidad, y el sistema económico de relaciones sociales de producción capitalista.

La economía de cada sujeto, la tolerancia al dinero y sus leyes, la manera en que maneja el dinero y su noción de la importancia real del dinero son efecto de esas dos estructuras complejas, la del inconsciente y la de las relaciones sociales de producción. Y no se sabe cuál va antes y cuál después, porque el sujeto psíquico es, al mismo tiempo, social y psíquico y no será psíquico si no es social.

En nuestra vida, dinero va a ser el uso que hacemos del mismo (lo pierdo, lo malgasto, lo regalo). En psicoanálisis las cosas no son ni buenas ni malas en sí mismas, sino que depende del uso que hagamos de ellas. Porque todo es económico en el psiquismo humano.

 

MECANISMOS PSÍQUICOS RESPECTO AL MANEJO DEL DINERO

El dinero es algo muy íntimo y muy psíquico en el ser humano. Está tocado por el psiquismo inconsciente que sobredetermina la vida del sujeto.

No es tener o no tener dinero lo que determina mi vida. Estoy sobredeterminado por una carencia constitutiva y tolerarlo o no tolerarlo, querer o no querer saber de eso, determina que tenga o no tenga dinero, que produzca o no produzca dinero. Porque tener o no tener dinero viene a ser un disfraz para tapar otra falta, la de algo que no tiene nadie pero que regula las relaciones entre los sujetos psíquicos y esto es lo que en psicoanálisis llamamos el falo.

Existe una gran relación entre lo psíquico y lo económico. Según la teoría del valor en Marx, el valor es lo que pone en relación a las mercancías. Y para el psicoanálisis es el falo lo que pone en relación a los sujetos. Y nos damos cuenta de que a veces el dinero es un equivalente fálico.

Para poder manejar eficazmente las finanzas personales, habría que pasar del uso del dinero como equivalente fálico al uso del dinero como equivalente general.

Psíquicamente hay cinco significantes que se relacionan como equivalentes fálicos: dinero, niño, regalo, pene y caca. Son equivalentes en nuestro inconsciente.

 

EL DINERO Y LA MORAL

Nuestra conciencia sabe del dinero y nuestra moral también. En función de lo restrictiva que sea tu moral, mayor o menor será tu tolerancia a enriquecerte y a progresar. Según te sientas buena o mala persona, toleras una mayor o menor cantidad de dinero en tu vida. Si comanda tu moral, puedes fracasar en las cuestiones de dinero y asociarte a personas que te ayudan a fracasar.

El sentimiento de culpa inconsciente se puede pagar con la falta de dinero, la ruina, la pobreza, el fracaso laboral, con no tener, con estar pobre, con que no me quieran, con que me abandone mi pareja por falta de dinero. El dinero empieza a ser una problemática.

 

EL DINERO Y LAS CUESTIONES SEXUALES

En la valoración del dinero participan poderosos factores sexuales. Hay quien dice querer vivir sin dinero porque el dinero es una porquería, pero podríamos llegar a pensar que esa frase es la manifestación de una impotencia económica. Porque Freud dice: “el hombre civilizado actual observa en las cuestiones de dinero la misma conducta que en las cuestiones sexuales, procediendo con la misma doblez, el mismo falso pudor y la misma hipocresía”.

A veces el dinero se utiliza para conseguir el amor de los otros, o como instrumento de poder para dominar a la pareja, etc.

Hay casos en que los hijos no son capaces de ganar más dinero que los padres. Están cualificados, tienen formación académica, pero no pueden. Sobre todo, cuando ganar dinero supone cambiar de clase social o de familia. En ese caso, el dinero también es equivalente simbólico, porque es “tenerla más grande que el padre”.

 

EL DINERO COMO EXCREMENTO

En El carácter y el erotismo anal, Freud nos señala que en todos aquellos casos en los que dominan o perduran las formas arcaicas del pensamiento en las civilizaciones antiguas, (los mitos, las fábulas, la superstición, el pensamiento inconsciente, el sueño y la neurosis) aparece el dinero estrechamente relacionado con la inmundicia.

La caca y el dinero son sustituidos en el desarrollo psíquico del individuo como equivalentes, atribuyendo al dinero los valores infantiles de la caca. Muchas personas, aun siendo adultos, se siguen rigiendo por esas equivalencias. Las frases: “el dinero es una mierda, yo gano una mierda”. “Te doy dinero y te estoy haciendo un regalo”.

La caca es como un regalo a la mamá. Y aquí encontramos el enlace con el dinero, porque el dinero es también un regalo que el niño recibe, aún no conoce dinero ganado con el trabajo. En esta fase de la constitución libidinal se produce la equivalencia caca-regalo-dinero.

Que un individuo tenga en lo inconsciente intercambiados los valores de su propio excremento y los del dinero le puede llevar a ganar poco dinero o a desperdiciar el dinero que gana, gastarlo rápidamente para deshacerse de semejante porquería.

Estos casos de intercambio de valores se ven claramente en ciertas reacciones orgánicas. Muchas patologías de estreñimiento tienen que ver con no querer desprenderse del dinero.

 

EL TRABAJO COMO FUENTE DE DINERO

¿Qué nos da el dinero? Al ser intercambiable por cualquier mercancía, puede comprar dinero, salud, amor… Puede hacer bello al feo. “Poderoso caballero es don dinero”. Lo que no se puede comprar es la inmortalidad ni eliminar la diferencia sexual. Pero siempre ligado al trabajo.

El trabajo es tiempo por dinero, y es lo que permite producir una diferencia en nuestra vida, es lo que va a hacer que entre dinero. Ese trabajo satisfactorio, esa sexualidad saludable es lo que me va a diferenciar de otros humanos.

Hay muchos casos de personas que, con el psicoanálisis, empiezan a mejorar, a hacer otras cosas y se ve enseguida cómo la familia, el entorno, no quieren esa diferencia.

Hay que aprender a tolerar que, cuando uno hace las cosas de forma más productiva o más saludable para él, o se siente más feliz, va a provocar reacciones en los demás, pero es algo que les pasa a los otros, no es algo que le pase a uno. Y ganar dinero provoca cuestiones en el entorno.

 

EL PAGO DEL PROPIO PSICOANÁLISIS

Pagar nos permite apropiarnos del objeto que sea. Que aquello que compramos, no importa el medio de pago, sea nuestro y podamos gozar de sus beneficios. Es de gran importancia saber esto para disfrutar de una vida plena.

La persona del psicoanalista ha de comportarse con respecto a estos temas de manera natural para que el paciente pueda aprender otra posible relación, tanto con el dinero como con su sexualidad. El psicoanalista ha de ser sincero acerca del dinero y exigente en estas cuestiones, porque posee medios eficaces de curación.

El establecimiento de los honorarios al comienzo del tratamiento es una cuestión terapéutica. Mostrar al paciente que el pacto analítico es lo que le va a posibilitar hablar libremente.

Respecto al abaratamiento de los honorarios, Freud nos dice que no contribuye en modo alguno a hacerlo más estimable a los enfermos. En algunos casos, como en los neuróticos, un tratamiento gratuito intensifica enormemente algunas resistencias.

El gasto que un individuo hace en su análisis no significa nada frente a su propia salud. Como ya sabemos: Lo más costoso en esta vida es la enfermedad y la tontería.

El dinero bien empleado es salud. Porque si uno no paga con dinero, paga con su propia vida, con su propio tiempo, permaneciendo unido al otro en una especie de esclavitud. Es mejor pagar con dinero.