Terapia familiar

Terapia familiar

Si no podéis solos, os podemos ayudar

La familia es una fuente inagotable de energía tanto para lo bueno como para lo malo.

Conseguir que la familia actúe como facilitadora del crecimiento de sus miembros, no es siempre algo que se produzca de forma natural, muchas veces los afectos y los sentimientos interrumpen el desarrollo de sus integrantes.

¿Qué es la terapia familiar?

La terapia familiar o terapia de familia es un tipo de terapia centrada en los problemas de las relaciones familiares en su conjunto, como grupo familiar. La terapia de familia facilita la resolución de problemas y ayuda a mejorar la vida de cada uno de los integrantes de la familia y el entorno familiar.

En la terapia familiar, el terapeuta trata los problemas, conflictos y enfrentamientos, problemas de comunicación, y es el propio tratamiento el que hace mejorar la convivencia y la forma de relacionarse para restablecer el equilibrio del sistema familiar y la calidad de vida:

 

 

  • Crisis familiar: Detectar cuál es el problema y poner solución
  • Los excesos nunca son recomendables
  • Favorecer la comunicación familiar, evitando conflictos y peleas.
  • Facilitar la aceptación de la realidad familiar, sea cual sea.
  • Beneficios de los pactos familiares
  • Divorcios y separaciones
  • Problemas con las familias políticas

Crisis familiar: Detectar cuál es el problema y poner solución

En muchas ocasiones llegan a la consulta familias que se han dado cuenta que algo está sucediendo que impide una convivencia tranquila y sin problemas, pero no saben qué es. Nuestro trabajo consiste en:

  • Asumir que hay un problema.
  • Detectar cuál es.
  • Valorar posibles vías de solución teniendo en cuenta cada caso.
  • Ayudaros, facilitando herramientas prácticas, a transformar la situación.

Normalmente se busca un culpable sobre el que recae la responsabilidad de todo, pero no siempre la persona elegida es la generadora de los problemas familiares, incluso pueden encontrarse varios implicados en la problemática familiar.

TODOS LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA ESTÁN IMPLICADOS EN LA SITUACIÓN FAMILIAR, SEA CUAL SEA.

No se trata de encontrar culpables, se trata de buscar soluciones para cambiar el rumbo de las interacciones familiares y el funcionamiento familiar.

La terapia familiar, al aportar una visión externa y preparada profesionalmente, facilita la detección y solución de los problemas, reintegrando la salud familiar y la salud mental de cada miembro de la familia.

Los excesos nunca son recomendables

El exceso de atención, de protección o, incluso, de libertad no proporciona beneficios a la estabilidad familiar. La confianza, la estabilidad emocional y la autonomía son habilidades necesarias para el crecimiento de sus integrantes que deben apoyarse mutuamente.

Saber poner los límites cuando son precisos es una de las tareas más complejas que debemos llevar a cabo. La mayoría de las veces debemos empezar por nosotros mismos.

Los límites son fundamentales para un crecimiento saludable, donde las puertas del aprendizaje, la salud y las relaciones se abran para todos.

En la terapia familiar, una de las funciones del terapeuta, es la de señalar los lugares donde los excesos están impidiendo un desarrollo favorable para cada uno de los miembros de la familia. También, a veces, son necesarios los límites para las figuras parentales.

Mediante recursos de apoyo y dinámicas familiares, se logra mejorar la comunicación, así como mejorar la capacidad de comprensión mutua. A través de un proceso terapéutico, con las sesiones de terapia se establecen patrones de comunicación y patrones de interacción cuyos efectos consiguen cambios positivos en la unidad familiar.

Favorecer la comunicación familiar, evitando conflictos y peleas.

Que la comunicación se establezca de forma fluida y sin distorsiones es un factor muy enriquecedor.

La terapia familiar mejora las relaciones entre los integrantes de la familia, permitiendo:

  • Reconocer los elementos que interrumpen la comunicación.
  • Detectar lo que sucede realmente y diferenciarlo de lo que creemos que sucede.
  • Atenuar los afectos exagerados y exaltados.
  • Colocar cada sentimiento es su lugar para que no guíen o controlen los acontecimientos.
  • Facilitar la comunicación sin dejarnos llevar por lo que nosotros pensamos que el otro piensa, sino escuchando verdaderamente lo que el otro tiene que decir.

Suele suceder que si no sabemos gestionar estos elementos el diálogo se carga de agresividad transformándose en conflictos o peleas que pueden derivar en problemas de conducta e incluso problemas psicológicos y problemas de salud.

Debemos tener en cuenta que, si no hablamos las cosas que nos van sucediendo y nos molestan, cuando callamos para evitar discutir o, para seguir teniendo razón no conversamos, ese silencio puede romperse de manera brusca y repentina, provocando consecuencias dañinas que alteran la estabilidad familiar.

Aprender a conversar tranquilamente, sin agresividad, facilita que el clima familiar sea inmejorable. La terapia de familia es muy eficaz en estos casos.

Facilitar la aceptación de la realidad familiar, sea cual sea.

Terapia familiarLa familia es una entidad viva y, por eso, sufre transformaciones, cambios. Pasa por épocas de esplendor, pero, a veces, también, sufre periodos de inestabilidad, malestar o carencia real o emocional.

Saber gestionar cada acontecimiento o situación que se produzca contribuye al fortalecimiento familiar y al crecimiento de sus miembros. Acontecimientos vitales pueden ser objeto de intervención en la familia para apoyarse mediante estrategias de afrontamiento y apoyo emocional entre sus integrantes.

Tolerar los momentos de crisis o de felicidad de uno de sus integrantes o de la familia al completo, evita que afectos como los celos, la envidia, la pena, la compasión o la culpa, dirijan el destino familiar.

Aceptar la realidad familiar y hacer el trabajo para transformarla, si fuera necesario, proporciona salud.

La terapia familiar ayuda a aceptar y tolerar los cambios que acontezcan en la convivencia familiar.

 

Beneficios de los pactos familiares

Los pactos son fundamentales para una buena convivencia. En ella surgen desacuerdos que si no se trabajan pueden ser causa conflictos familiares.

En cualquier familia existen desacuerdos:

  • En la manera gestionar las tareas del hogar
  • En la forma de gastar el dinero
  • En la educación de los hijos
  • En las diferentes formas de tratar a las familias de origen
  • En cuestiones insignificantes que surgen en la vida diaria

PACTAR es la forma más civilizada de conseguir conciliar todas las exigencias del día a día.

Lograr establecer pactos coherentes que permitan el buen funcionamiento día tras día, es otra de las ventajas que lograremos en la terapia. El bienestar de cada uno hace al bienestar global.

Divorcios y separaciones

Afrontar una separación o un divorcio no siempre es tarea fácil.

Las formas de separarse son tan dispares como parejas hay.

La terapia en estos casos permite:

  • Reconocer la separación o el divorcio como la mejor alternativa
  • Trabajar con cada uno de los miembros su posición para alcanzar un lugar de diálogo posible
  • Conseguir pactar un acuerdo sin que intervengan sentimientos o afectos agresivos que actúen en contra del otro
  • Impedir que los hijos, si los hubiera, sean utilizados como un arma
  • Permitir, a pesar de las desavenencias, que todo se resuelva de la mejor forma para cada uno

También puede suceder que la decisión de separarse sea el comienzo de una nueva relación. En el amor todo es posible.

Con la terapia muchas parejas cambian su punto de vista de la relación y eso hace que todo cambie. Cuando todo está destruido… solo se puede construir.

Diferencias entre las familias políticas

Una de las cuestiones más difíciles de gestionar en la relación y que más conflictos provoca en las parejas son las DIFERENCIAS. Las diferencias entre los miembros de la pareja enriquecen la convivencia, claro está, si buscamos las ventajas y no los inconvenientes.

Llegar a esta idea de salud en la pareja no resulta siempre fácil.

En ocasiones, que uno gane más que el otro o que el tiempo de trabajo sea distinto para ambos, puede provocar discusiones o desagravios que generen un clima de malestar.

También las diferencias entre la familia de uno y la de otro son foco de conflicto en la pareja con mucha frecuencia.

Aceptar que yo provengo de una familia diferente a la de mi pareja y que, por tanto, tenemos modos y costumbres distintos, ayuda a llegar a acuerdos y pactos nuevos, diferentes a los conocidos, que han de ser creados por nosotros mismos.

Cuando comenzamos una relación, podría ser el comienzo de una nueva familia, propia, creada por nosotros mismos.

Lo aprendido en la familia de nuestros padres, la mayoría de las veces, no nos sirve como modelo, ya que no podemos vivir la vida que ellos han vivido y mucho menos obligar a nuestra pareja o hijos a que lo hagan. Además, no siempre la vida de los padres debe ser modelo a seguir, ni para bien no para mal.

Con una terapia de pareja también logramos la separación del pasado para crear un futuro propio y no imponer obligaciones innecesarias a la relación.