Salud ¿trabajo o suerte?

 

Seguramente todos hemos escuchado alguna vez la frase: “¡Ay, es que me ha tocado!”, cuando alguien enferma. Es una corriente de opinión que nos lleva a pensar que, tanto la salud como la enfermedad son una cuestión de suerte, en la que el sujeto no tiene nada que ver.

Pero para el Psicoanálisis el asunto no es así, puesto que nos explica que no hay nada dado en el hombre: tanto la salud como la enfermedad son una construcción.

Hace una aproximación, tanto a la salud como a la enfermedad, incluyendo los aspectos inconscientes de nuestro psiquismo que están implicados en todo lo que nos pasa, y también en cómo enfermamos y en cómo construimos nuestra salud. Para centrarnos en el tema vamos a intentar ver qué entienden por salud la Medicina y el Psicoanálisis. 

 

ALGUNOS DATOS ESTADÍSTICOS ACERCA DE LA ENFERMEDAD

 

El 49,3% de hombres y el 59,1% de mujeres de más de 15 años tienen alguna enfermedad o problema de salud crónico percibido, y estos porcentajes se incrementan a medida que aumenta la edad, siendo superiores en las mujeres para todos los grupos de edad.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y hospitalización en España, por encima de los cánceres. De hecho, una de cada tres muertes en nuestro país puede atribuirse a estas patologías aunque, sin embargo, la mayoría de las personas lo desconoce.

Según el Departamento de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, “la buena noticia es que estas muertes se pueden evitar, ya que el 70% de ellas están relacionadas con factores de riesgo que se pueden modificar”. El tabaco, la hipertensión, la obesidad, etc…

Los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030.

El 12,5% de todos los problemas de salud está representado por los trastornos mentales, una cifra mayor que la del cáncer o los problemas cardiovasculares.

-Entre el 35% y el 50% de los enfermos no reciben ningún tratamiento o no es el adecuado.

-Más de 300 millones de personas en el mundo viven con una depresión, un problema que ha aumentado un 18,4% desde 2005.

-El 6,7% de la población española está afectada por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión. En ambas es más del doble en mujeres (9,2%) que en hombres (4%).

-Entre el 2,5% y el 3% de la población adulta en España tiene un trastorno mental grave. Esto supone más de un millón de personas.

 

QUÉ ES LA SALUD PARA LA MEDICINA Y PARA EL PSICOANÁLISIS

La OMS (Organización Mundial de la Salud) va a definir la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social.

Pero la propia OMS dice que esto es casi imposible, es decir, no hay posibilidad de salud. Entonces, si no hay posibilidad de salud, ¿qué nos están queriendo decir? ¿estamos todos enfermos?

Para la medicina, la enfermedad y la salud son términos opuestos, situaciones antagónicas, pero no lo son. Y es que la Medicina piensa la salud como algo dado, algo que viene de serie. En cambio, el Psicoanálisis piensa la salud como algo a producirse, no como algo dado.

Para enfermar hay que tener una capacidad, no cualquiera puede enfermar de cualquier cosa. La Medicina piensa que cualquier persona puede enfermar de cualquier cosa, y no, hay que tener una capacidad para ello.

Es decir, el psicoanálisis lo que nos está diciendo es: depende de lo que hagamos en nuestra vida, vamos a construir una salud o vamos a producir una enfermedad. Digamos que es un proceso de producción. Lo cual no quiere decir que sepamos de él o que sepamos de la enfermedad antes de que se produzca.

 

RELACIÓN ENTRE SALUD MENTAL Y SALUD ORGÁNICA

Hemos dicho que para enfermar hay que tener una capacidad, no cualquiera puede enfermar de cualquier cosa. Depende, en gran medida, de la aceptación, porque lo que más enferma es la no aceptación de la diferencia sexual, de la diferencia entre los semejantes. El sujeto psíquico siempre está implicado.

La medicina piensa en la predisposición genética, pero aun pensando así, hay personas que se enferman y personas que no se enferman. Hay que tener en cuenta el factor psíquico, que es una construcción y que, a veces, se ha forjado generación tras generación en una familia.

Una determinada manera de enfermar, de posicionarse frente a las cosas, frente a los hechos; de cómo uno se toma la realidad, de cómo hace frente a las cuestiones externas de la vida y a las cuestiones internas de cada cual. Es decir, que en ningún caso podemos comparar una vida humana con otra vida humana.

Parece evidente, y parece que lo sabemos, si pensamos en los hábitos alimenticios, en los hábitos de la gente que fuma, que bebe, la gente que no hace ejercicio, etc.

Este proceso, que estamos pensando como un trabajo, va a generar un producto efecto de ese trabajo, relacionado con nosotros mismos, pero hay algo más. Y es que, aunque tengamos hábitos saludables, eso exclusivamente no nos va a librar de una posible enfermedad, ¿por qué? Ésa es una pregunta que nos deberíamos hacer: ¿por qué en condiciones similares hay personas que enferman y personas que no?

Porque, además de tener buenos hábitos, en nuestro estado de salud también influyen otros factores: la manera de concebir el amor, la manera de concebir el trabajo, la manera de concebir la sexualidad, la manera de concebir las relaciones familiares… Todo eso puede llegar a enfermar de diferentes maneras.

Es decir, la manera de resolver cosas, de posicionarse frente a lo que acontece en la vida es de vital importancia, porque la realidad siempre nos va a traer cuestiones que tienen que ver con la familia, con el amor, con el trabajo, y tenemos que lidiar con nuestros afectos en cada uno de esos ámbitos.

Cada vez que aparece un acontecimiento, podemos resolverlo de una manera saludable o no. Por ejemplo, frente a una ruptura amorosa, uno puede decir: “menos mal que me ha pasado esto, porque ya estaba que no podía más, y eso que le quería con locura”, y empieza a producir cosas favorables para su vida. Y, por otro lado, hay gente que destruye su vida, que desencadena una depresión y de la depresión puede llegar al cáncer, o a enfermedades mucho más graves, a enfermedades crónicas o a la muerte.

Hemos visto que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, y esto es porque el corazón es la caja de resonancia del cuerpo, de los afectos, todo resuena en el corazón. Pero tiene que haber una predisposición en el sujeto, que no es genética, sino que tiene más que ver con cómo gestiona las cosas, y que hace que esa persona padezca del corazón frente a la realidad.

Puede tratarse de algo grave o de una nimiedad lo que desencadene en el sujeto un acontecimiento anterior. Porque el tiempo, para el psicoanálisis, es diferente al tiempo del reloj. Normalmente pensamos la realidad como que ha pasado algo y eso produce un efecto, pero en psicoanálisis no es así, partimos de los efectos para reconstruir las causas. Es decir, un hecho sin importancia que ocurre en la actualidad puede producir algo grave en la persona, pero es porque ese hecho remite a un acontecimiento anterior que tuvo una gravedad que no produjo nada en el sujeto en aquel momento.

Otra cuestión importante es que, frente a la falta, queremos tener, y eso es lo que nos mueve a hacer un curso, a ir a un taller, a querer saber más, etc. La carencia nos llega a través del lenguaje, porque somos seres hablantes y sabemos que nos falta algo. Existe una falta que es fundamental en la constitución de nuestro psiquismo, que es la falta de inmortalidad. La manera de enfermar también tiene que ver con la manera de negar la muerte, de cómo se toma cada sujeto la propia mortalidad.

Hay también un beneficio secundario de la enfermedad, esto significa que algunas personas utilizan la enfermedad para obtener algún beneficio, para mantener la posición que tienen en la familia o para cobrar una paga, por ejemplo. La manera en que lo utiliza esa persona ya nos está hablando de su enfermedad, porque utilizar la enfermedad, en sí mismo ya es una enfermedad. Hay familias donde la enfermedad es el poder.

Enfermar puede ser también una manera de resolver la culpa, una manera de gestionar la angustia. Es muy importante la angustia, porque es vital, es el afecto por excelencia. Y la enfermedad es un intento de solución frente a algo que se le hizo intolerable y que se manifiesta como angustia.

Freud nos dice que la enfermedad, los síntomas, tienen un sentido siempre, que se puede descifrar, se puede averiguar cuál es el sentido de ese síntoma para esa persona. En el síntoma están, tanto la satisfacción de un deseo, como el castigo por la culpa que produce la satisfacción de ese deseo.

 

CONSTRUYENDO LA SALUD

El psicoanálisis nos dice que los mecanismos que sostienen la salud son los mismos mecanismos que sostienen la enfermedad, es decir, no hay nada roto en el enfermo, sino que una diferencia de cantidad en el uso de esos mecanismos lleva a la salud o lleva a la enfermedad.

La salud no es algo genético, sino que, según lo que cada uno haga en su vida, va a construir una salud o va a construir otra, o va a producir una enfermedad. Lo que estamos viendo es que no es tanto el hecho traumático exterior, sino cómo uno lo gestiona. Por eso, cómo nos tomamos cada situación en la vida habla de nuestra sexualidad, tanto si es de forma positiva como si es de forma negativa.

Es muy importante poder distinguir entre lo que queremos hacer y lo que nos conviene hacer. Tenemos que pensar que, muchas veces, hacer lo que queremos no es lo que nos conviene. Porque hacer lo que uno quiere es el mecanismo que utiliza la enfermedad para instalarse como enfermedad.

La salud hay que construirla y, si todo en el hombre es sexual, la salud nos habla de la sexualidad, pero también la enfermedad. La enfermedad es una manera de reprimir la sexualidad y, para el psicoanálisis, sexualidad es todo aquello tocado por la palabra. Es cómo nos relacionamos unos con otros.

Los humanos somos sujetos sociales, tenemos que pensar que todo lo que hacemos influye en otras personas a nuestro alrededor. Me comporto como un tonto, me voy a rodear de gente que tolere eso. Me comporto como un ser inteligente, me voy a rodear de gente que tolera la inteligencia.

Es decir, la enfermedad siempre tiene dedicatoria. Y cuando construimos nuestra salud, también es para alguien porque queremos no sólo lo bueno para nosotros, incluso puede ser que prefiramos antes lo bueno para otro que para nosotros y de esa manera también cuidamos nuestra salud.

Debemos empezar a pensar la salud como un proceso de trabajo, no como un azar o una cuestión de suerte, no como algo que puede pasar o que nos puede sorprender o llegar de una manera inesperada, no. Es un proceso en el sentido de que trabajamos día a día para construir la salud o la enfermedad.

Es necesario trabajar para lo mental, para lo social y para lo físico. Así se construye la salud.

El psicoanálisis es una manera eficaz de tratar cualquier tipo de enfermedad, puesto que modifica la manera que el sujeto tiene de enfrentar la realidad, haciendo posible otra forma de solucionar, diferente a la enfermedad.

Y es que, al final, lo que más nos gusta a los humanos es hablar y que alguien nos escuche.