¿Qué sucede cuando un trabajador no trabaja?

¿Qué sucede cuando un trabajador con capacidad para ejercer su trabajo, no trabaja?

TRABAJO Y DINERO

“La felicidad solo puede hallarse en el camino del trabajo”, escribió José Martí. Y el camino del trabajo es la única manera de crecer personal y profesionalmente. Ahí es donde se halla la felicidad, porque el trabajo permite y posibilita otras muchas cosas en la vida.

Pero el trabajo, el trabajar, implica muchas cuestiones psíquicas.

Uno de los aspectos más importantes de nuestra vida es nuestra organización económica y la manera en que manejamos el dinero.

Nuestra economía está sobredeterminada por la posición que como sujetos mantenemos en dos sistemas: el sistema psíquico inconsciente, íntimamente relacionado con nuestra sexualidad, y el sistema económico de relaciones sociales de producción capitalista.

Socialmente, el dinero, además de ser algo que seduce, que tienta, también es algo sucio, que pervierte, que puede llegar a cambiar la personalidad, las relaciones, las costumbres, los gustos. Es más fácil cambiar de sexo que de clase social y, para cambiar de clase social, sí o sí, hay que pensar el dinero.

El dinero es tiempo de trabajo humano. El trabajo es tiempo por dinero. Ése es el dinero como equivalente general. Esto cuesta tanto, cuesta tantas horas de trabajo. Entra en el nivel simbólico. El dinero como equivalente general es posible desde una posición deseante.

El trabajo es lo que va a posibilitar producir una diferencia en mi vida; lo que va a permitir la entrada de dinero. Ese trabajo satisfactorio, esa sexualidad saludable es lo que me va a diferenciar de otros humanos.

 

EL COMPROMISO EN EL TRABAJO

El compromiso en el trabajo ha de reconocerse como un efecto de la tolerancia hacia los demás. Cada individuo tiene un grado de tolerancia a los otros y, por tanto, de aceptación de las diferencias que, como humanos, son una manifestación de nuestra condición de seres mortales.

Las personas son el movimiento de la empresa. Un trabajador ágil, que sea capaz de sustituir rápidamente, de sumar, de gozar del trabajo y trabajar en equipo, reúne los cuatro requisitos necesarios para poder ocupar cualquier función.

Respetar la ley dentro del circuito empresarial, aceptar las normas, respetar al jefe, poder tolerar a los compañeros, aceptar las diferencias. Todo eso es fundamental para el buen funcionamiento de la empresa y la salud psíquica de sus trabajadores.

Es decir, el compromiso en el trabajo atañe también a los órganos directivos de la empresa, directivos y propietarios.

 

EL PSIQUISMO DEL TRABAJADOR

Los aspectos psíquicos son los más desatendidos en las empresas. Se atiende a la estructura, a los procesos de comunicación, el marketing, la imagen, etc.  En cambio, el psiquismo de los trabajadores, que son los que mueven la máquina, se desatiende habitual y reiteradamente.

 

Es tan importante el mundo psíquico de los trabajadores que puede hacer que los proyectos triunfen o fracasen, ya que que está funcionando a la par que la materialidad real e impacta directamente en la realidad.

Por ejemplo, puede ocurrir que haya trabajadores dentro de la empresa que no trabajen bien, que no fluyan en el trabajo. Si, en vez de ayudarles y mostrarles cómo se hace la tarea, directamente hacemos su trabajo para que el jefe no se de cuenta, hay una sobre exigencia sobre uno mismo.

Además, callarse esas situaciones supone un boicot a la productividad y al desarrollo de la empresa. Hablar es muy importante en esos casos. Poner palabras a las situaciones para que no parezcan una agresión. Cuando se ponen frases, todo es mucho más fácil entre los seres humanos, porque somos seres hablantes por naturaleza.

La comunicación es importante en todas las empresas. No sólo la comunicación con los compañeros sino también la comunicación con el jefe. Es recomendable encontrarse periódicamente en el equipo de trabajo para poder expresar todas estas cuestiones que están pasando y que se trabajen en equipo.

 

¿POR QUÉ NO TRABAJA?

Hoy día se habla mucho de presentismo. El trabajador está presente en el lugar del trabajo, pero no lo puede desempeñar correctamente, por diversos motivos. Está presente, pero desconectado, mentalmente ausente.

Hemos dicho que en el trabajo hay muchas cuestiones psíquicas implicadas, algunas puntuales y otras más arraigadas en el sujeto.

Este trabajador puede estar sufriendo una inhibición de la capacidad de trabajo.

-¿Qué es una inhibición?

El estado natural, biológico, del ser humano es el movimiento. Nuestro cuerpo y mente están organizados para avanzar, pero hay tendencias psíquicas que pueden llegar a interrumpir ese avance.

En primer lugar, debemos distinguir la inhibición del síntoma. El síntoma siempre es signo de que esa persona está sufriendo un proceso patológico, mientras que la inhibición no.

La inhibición tiene relación directa con la función, es decir, un trabajador contratado para desempeñar una determinada función en la empresa, de buenas a primeras no la lleva a cabo.

Puede manifestarse como una disminución del deseo de trabajar, por ejemplo. Dicen: no tengo ganas, no me encuentro con fuerzas, no me gusta mi trabajo, etc.

Esta situación puede llevar al trabajador a realizar mal su labor, pero también a somatizar el problema. Puede provocarle reacciones corporales, como cansancio, fatiga, vértigos o vómitos, a consecuencia del esfuerzo que lleva a cabo para realizar su tarea. Y aquí ya hablamos de síntomas.

Como dicha inhibición de la capacidad de trabajar, que provoca una interrupción de la actividad, por baja laboral, o enlentecimiento de la misma por las diversas detenciones.

 

A veces, esa inhibición de la función podría deberse a que algo se está elaborando, como un momento de latencia. Hay algo que se está pensando, un cambio que se está produciendo, no sabemos en qué dirección. Es necesaria la escucha analítica para poder determinar hacia qué lugar se dirige.

 

En personas con una tendencia histérica, el abandono del trabajo se produce por la aparición de parálisis orgánicas o funcionales que impiden la ejecución del trabajo.

En personas con tendencia a la neurosis obsesiva, la distracción constante y la consecuente pérdida de tiempo les lleva a interrumpir constantemente una tarea y a repetirla una y otra vez.

Este tipo de inhibiciones en los trabajadores son mucho más habituales de lo que se cree y provocan grandes trastornos a la actividad empresarial, que no fluye como debiera, causando pérdidas de tiempo y de dinero.

Detectarlas y poder tratarlas mejora el rendimiento de los trabajadores reduciendo las bajas laborales e incrementando el deseo por trabajar.

 

BENEFICIOS DEL PSICOANÁLISIS EN LAS EMPRESAS

Freud decía: “No hay nada más caro en la vida que la enfermedad y la tontería”.

Psicoanalizar el psiquismo de los empleados y altos cargos de las empresas aumenta la productividad y el rendimiento, favoreciendo el vínculo entre lo social y lo psíquico, que se dan al mismo tiempo, no hay separación posible. Cuando hay ambas cosas están separadas, es que hay algún trastorno patológico.

La intervención de una escucha especializada que pueda interpretar estas cuestiones, que siempre son muy sutiles, pero tienen un impacto evidente en las empresas, hace que el conflicto se vaya elaborando, con lo cual la convivencia laboral y la productividad fluyen de otra manera.

 

Es importante tener en cuenta que, desde el psicoanálisis, lo que determina siempre es el futuro.

A cualquiera le puede ocurrir que venga de una situación nefasta, pero de un minuto para el otro puede cambiar y entrar en una situación que le beneficie. Y es que la vida siempre va a estar determinada por el siguiente paso, la siguiente frase, el siguiente trabajo, el siguiente amor, etc. Por cualquier cosa que venga del futuro, no del pasado.

Es de vital importancia tratar a los trabajadores, a los seres humanos en general, no desde la conciencia, sino desde los deseos inconscientes, es decir, los celos, la envidia, la agresividad, la sexualidad…

Sólo así se puede mantener una correcta salud psíquica de los trabajadores y, por consiguiente, de la empresa. Y es que las empresas tienen inconsciente, al estar dirigidas por sujetos psíquicos, los directivos.

El cuerpo es pulsional, es de palabras. El cuerpo empresarial va a mejorar si puede hablar, si es escuchado. No se trata de hablar de las cosas personales, porque eso paraliza, sino de hablar del trabajo que cada uno hace, saber qué trabajo hace exactamente, cómo poder ayudar a que el trabajo del otro sea más rápido o posible.

 

Utilizando el instrumento y el método psicoanalítico, podemos vivir con una calidad de vida mejor, al alcance de todas las empresas y de todo el mundo, a nivel personal.